El estrés, mala postura y el sedentarismo, hacen mella en nuestro cuerpo, siendo recurrente el dolor de espalda hasta un punto en que puede ser crónico y afectar a nuestra vida diaria. Por ello necesitamos tratamientos efectivos, como el alineamiento del Atlas.
Antes de ahondar en esta terapia de última generación, es necesario resaltar que el dolor de espalda no es una dolencia que deba tomarse a la ligera.
De hecho, representa una de las principales causas de ausentismo laboral en el mundo y es síntoma de problemas aún mayores, que deben tratarse a tiempo antes de que el daño sea permanente.
Afortunadamente, son muchos los tratamientos para el dolor de espalda, incluyendo uno muy novedoso y que está dando de qué hablar: la alineación del Atlas.
En este post te diremos todo sobre esta terapia, así como los síntomas, tipos, causas y observaciones generales del dolor de espalda. Comencemos por lo básico.
Espalda y columna vertebral
Se conoce como espalda a la parte posterior del cuerpo humano (opuesta al pecho), que va desde los hombros hasta la cintura, y su altura viene dada por la columna vertebral, pieza central de esta zona.
La columna vertebral está conformada por 33 huesos, a los que denominamos vértebras, y conecta el cráneo con la pelvis. Las vértebras se clasifican en cervical, dorsal, lumbar y sacra, dependiendo de su posición.
Las vértebras se posicionan una sobre otra formando una columna y están separadas por discos en la zona cervical, dorsal y lumbar. Estos son especies de almohadillas que funcionan como amortiguadores.
Dentro de la columna, en el canal vertebral, encontramos la médula espinal. Un cordón blanquecino formado por nervios y células, que transmite la información desde el cerebro al resto del cuerpo, siendo la prolongación del encéfalo.
Cualquier dolor en la espalda puede ser señal de una dolencia mayor en nuestra médula, afectando no solo el movimiento, también el funcionamiento de algunos órganos.
Síntomas de problemas en nuestra espalda
Para mejorar nuestra salud, y prevenir males mayores, debemos aprender a escuchar qué nos dice nuestro cuerpo, a interpretar los síntomas.
Entre las señales básicas que nos indican problemas en nuestra espalda, tenemos:
- Dolores frecuentes de cabeza.
- Hombros cerrados con una postura encorvada.
- Se nos es difícil encontrar una posición cómoda al dormir.
- Movimientos rígidos de cuello.
- Sensación de pesadez en hombros, cuello y cabeza.
- Dolores de cadera.
- Dolor en la baja espalda que se irradia hacia las piernas.
- Malestar que empeora al caminar, pararse, flexionarse o levantarse.
- El dolor tiende a disminuir cuando nos recostamos.
Causas del dolor de espalda
El dolor de espalda es una dolencia común, tanto que se calcula que afecta a 8 de cada 10 personas en algún momento de sus vidas.
Entre las causas usuales de un dolor de espalda encontramos:
- Hernia de disco o protuberancia
Los discos son una especie de amortiguadores que van entre las vértebras de la columna. Su material blando puede presentar una protuberancia o ruptura y presionar los nervios, sin que se genere dolor necesariamente.
- Anomalías óseas
Desviación de la columna y curvaturas en algunas zonas (escoliosis) generan malestar. Suelen presentarse después de la mediana edad.
- Presión en ligamentos y músculos
Una mala postura al levantar un objeto o un movimiento incorrecto de forma repentina pueden generar presión sobre músculos de la espalda y ligamentos de la columna. Si no nos ejercitamos, es posible que se presenten espasmos musculares dolorosos.
- Osteoporosis
Cuando los huesos se tornan porosos y frágiles, las vértebras de la columna pueden presentar fracturas y, por ende, dolor.
- Artritis
Artrosis a nivel lumbar o en la columna, ocasionando presión en la médula espinal.
También existen otras causas menos frecuentes que deben tomarse en cuenta, como lo son infecciones, polimialgia reumática, patologías renales y digestivas, y tumores.
Cuándo debes consultar a un médico
Se recomienda acudir al doctor cuando el malestar supere los tres días e ir inmediatamente si hay dolor agudo después de una lesión, caída o tras levantar un objeto pesado. Se le considera crónico cuando dura más de tres meses.
Los tratamientos básicos pueden incluir terapias de calor o frio, analgésicos (no se aconseja la automedicación), inyecciones (vitaminas en algunas ocasiones), entre otros.
Si se trata de una lesión mayor, se puede contemplar la cirugía, tras un diagnóstico médico correcto.
En la mayoría de los casos, el malestar se elimina gradualmente con estas terapias simples, pero en ciertas ocasiones el dolor de espalda puede indicar un problema médico grave.
Debes buscar atención profesional si:
- El malestar provoca trastornos intestinales y a nivel de vesícula
- Tienes fiebre.
- Persiste después de una caída o golpe.
- No mejora con el descanso y es intenso.
- El dolor se irradia a una o ambas piernas, incluso hasta debajo de la rodilla.
- Pierdes peso sin explicación alguna.
- Experimentas hormigueo, entumecimiento y debilidad en miembros inferiores.
- Tienes más de 50 años y sientes dolor por primera vez.
- Hay antecedentes de cáncer y osteoporosis en tu familia.
- Has usado esteroides o consumido de forma excesiva drogas o alcohol.
Tipos de dolor de espalda
Una de las formas de clasificar un dolor de espalda es tomando en cuenta la causa. Es así que a grandes rasgos tenemos:
- Dolor de espalda mecánico
Es el más frecuente y es descrito como constante (sordo) y pulsátil (pulsaciones rítmicas). Empeora con la actividad y mejora con el descanso. Está asociado con traumatismos y distensiones musculares.
- Dolor de espalda inflamatorio
Puede confundirse con el mecánico y ser ocasionado por una enfermedad. Se calcula que 1 de cada 20 personas con dolor de espalda crónico presenta inflamación.
Factores de riesgo
A cualquier persona ya cualquier edad se presenta un dolor de espalda. No importa si eres un niño o anciano.
Sin embargo, hay factores que pueden aumentar el riesgo de padecer uno:
- Mala higiene postural – Adoptar posiciones incorrectas al levantar objetos, sentarse, dormir y caminar.
- Edad – A medida que envejecemos, el dolor de espalda se hace más común, sobre todo a partir de los 30 o 40 años.
- Trastornos psicológicos – Cuando hay tendencia depresiva y ansiedad, se incrementa la posibilidad de sufrir de dolores de espalda.
- Patologías – Artritis, osteoporosis y cáncer pueden generar dolor.
- Obesidad – El exceso de peso ocasiona una sobrecarga en articulaciones y músculos, especialmente en la espalda.
- Fumar – Afecta el sistema circulatorio en general, incluyendo la parte baja de la columna, trastornando la llegada de nutrientes. También incide negativamente sobre los tiempos de recuperación.
- Sedentarismo – Si nuestros músculos y articulaciones no se usan, se debilitan y esto ocasiona dolor.
Alineación del Atlas para tratar el dolor de espalda
Se conoce como Atlas a la primera vértebra de la columna, que también es llamada primera vértebra cervical (C1).
Sobre esta recae el peso de nuestra cabeza (unos 5,5 kg aproximadamente), ya que sostiene directamente el cráneo al articularse con el hueso occipital. Además, distribuye su peso de forma equilibrada a lo largo de la espina dorsal.
La posición del Atlas y su estado en general determinarán la condición del resto de nuestro cuerpo, no solo de la columna, pues recordemos que estamos hablando del centro de mando de nuestro organismo al estar la médula espinal involucrada.
En la C1, dentro del canal vertebral, inicia la conexión del cerebro con el resto del cuerpo mediante la médula espinal. Es así como miles de millones de terminaciones nerviosas se conectan desde la pequeña abertura del Atlas con órganos y músculos.
Si el Atlas no se encuentra en una posición y ángulos correctos, nuestro cuerpo no solo se sobrecargará al intentar equilibrar el peso de la cabeza, sino que también se verá presionada la médula espinal, con consecuencias negativas.
La alineación del Atlas puede suponer un gran cambio ante molestias que parecen no tener solución.
¿Qué pasa cuando el Atlas está fuera de lugar?
Cuando la C1 está desalineada, con respecto al occipital, se crea un desequilibrio en todo el cuerpo.
En primer lugar, un lado del cuerpo recibe mayor peso y esto sobrecarga músculos y articulaciones, generando desgaste, contracciones, lesiones y una posible rotación de toda la estructura vertebral, incluyendo la cadera. Esto trae como consecuencia que una pierna se acorte más que la otra.
En esta situación, el cuerpo intenta constantemente mantener el equilibrio y distribuir el peso de manera simétrica, pero al encontrarse fuera de lugar el Atlas, tenemos una desviación desde el origen, un desplazamiento del eje con respecto a lo impuesto por la fuerza de gravedad.
Las consecuencias son un estado constante de sobresfuerzo, con tensiones musculares permanentes que consumen energía de manera incesante, así como la aparición de dolor, contracturas y lesiones. Hasta el punto de llegar a ser crónicos.
De igual forma, si la C1 no está en el lugar y ángulo correctos, se comprimirá la médula espinal. Recordemos que esta se encuentra en el canal vertebral que recorre toda la espina dorsal.
En pocas palabras, las terminaciones nerviosas se verán afectadas, así como el funcionamiento de órganos e irrigación sanguínea.
Es por ello que mantener el Atlas desalineado genera trastornos no solo a nivel de huesos y articulaciones, sino también en el sistema nervioso, funciones intestinales y en otros órganos, pues todos ellos reciben información mediante la médula espinal.
Estamos hablando de un cuadro general de dolor, fatiga, mareos, vértigo, pérdida de equilibrio, así como trastornos en irrigación sanguínea y en otras funciones vitales. Debido a que la información y nutrientes no están llegando de forma correcta a cada parte del cuerpo involucrada, lo que puede acarrear su degeneración.
Alineación del Atlas, una terapia segura
No se debe esperar a tener dolor de espalda para aplicar la alineación del Atlas. Este tratamiento es una gran forma de prevenir dolencias y mejorar nuestra calidad de vida en forma general.
Se trata de un procedimiento no invasivo, preciso y breve, que corrige la posición de la primera vértebra cervical (Atlas) con respecto al orificio occipital.
La terapia se lleva a cabo en posición sedente con la aplicación de movimientos vibratorios sobre los músculos cortos del cuello, es decir, la nuca.
No es dolorosa ni toca el Atlas directamente, ya que su localización no permite manipularlo. Por ello se emplea una máquina que vibra y presiona los músculos del cuello para llevar a la C1 a su lugar correcto. Se efectúa de forma sutil, sin maniobras bruscas ni tracciones.
Además, suele darse en una sola sesión de 75 minutos (o menos), con posterior chequeo, pues el Atlas no suele desplazarse una vez que se le coloca en la posición idónea. A menos que se presenten caídas posteriores.
Su aplicación está recomendada no solo para casos crónicos de dolor, también para cualquiera que desee prevenir dolencias asociadas. Puede ser usada en personas de todas las edades, desde niños a ancianos. También es compatible con otras terapias tradicionales y alternativas.
Igualmente, se ha observado que tras alinear el Atlas aumenta la efectividad de otro tipo de tratamientos, como acupuntura, fisioterapia, homeopatía, neurales, etc.
11 beneficios de la alineación del Atlas
- Mejora inmediata de la movilidad de cabeza y hombros. Sensación de liberación.
- Mayor fluidez en lo movimientos de forma general y equilibrio.
- Relajación muscular paulatina, desde cervicales al resto del cuerpo.
- Corrección parcial o total de dismetría en caderas y hombros.
- Restablecimiento gradual de alineación de vértebras.
- Mejora la irrigación sanguínea, oxigenación del cerebro y otros órganos.
- Se torna más fácil asumir y mantener una higiene postural correcta.
- A medida que avanza el proceso de relajamiento, disminuyen dolores, fatiga, vértigo, mareos, entre otras dolencias.
- Incremento de energía, fuerza, atención y bienestar general.
- Disminución de escoliosis.
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La alineación del Atlas no es solo un tratamiento para acabar con los dolores de espalda, es una terapia integral que ataca muchos problemas de raíz de una forma sencilla y contundente.
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