La alineación del Atlas repercute positivamente sobre todo el sistema musculoesquelético, desde la base del cráneo a los pies.
Cuando el Atlas está desalineado, el peso de la cabeza (unos 5,5 kg.), se reparte de manera desequilibrada sobre el resto de la columna y el cuerpo. Al salirse del eje de la columna, la cabeza aumenta su peso. Cuanto más alejado del punto de apoyo correcto, más peso representa la cabeza.
Esto puede producir exceso de tensión muscular, contracturas recurrentes, presión anómala sobre los discos vertebrales y como consecuencia compresión de nervios, defectos en la postura como un hombro más alto que otro, pelvis rotada, modificación de las curvaturas de la columna o escoliosis.
La alineación del Atlas tiene una influencia muy importante en la postura corporal.
Que la postura mejora con la alineación del Atlas y por tanto aspectos como los mencionados antes, lo demuestran las imágenes que se toman en el análisis postural que se realiza antes, después y en la sesión de control.
Con la alineación del Atlas, como consecuencia de la mejora en la postura y en el reparto de pesos se produce una óptima función muscular, lo que suele provocar una disminución de las contracturas, la inflamación muscular y los dolores musculares.
Además sirve de prevención, pues al tener un mejor sistema tensional, disminuye la presión sobre las articulaciones y estas sufren menos, mejorando su relación con el desgaste y la artrosis.

Atlas y fascia
La fascia es una red de tejido que rodea y penetra todas las estructuras del organismo, conectándolas y asociándolas.
Va desde la cabeza a los pies.
Está formada mayoritariamente por colágeno.
Es parte fundamental del sistema tenségril que es el cuerpo humano, en el cual todo está conectado y relacionado. Lo que pasa en un lado tiene influencia en otro lado y viceversa.
Pero, ¿por qué el Atlas tiene tanta influencia sobre el resto del cuerpo? La respuesta está en la gravedad.
La articulación occipital-atlas es la más alejada, descartando las del cráneo que casi no tienen movilidad, de la acción que ejerce la gravedad sobre el cuerpo humano.
Así, cuando estamos de pie, el cuerpo con su sistema tenségril lucha contra la gravedad para permitirnos realizar nuestras funciones habituales.
En ese momento es como si el cuerpo quedara colgado desde el occipital-atlas a través de sus cadenas miofasciales, similar a como si fuéramos una marioneta. Si en una marioneta tiramos más de una cuerda de un lado que en otro, estaríamos haciendo una acción en el muñeco que hay debajo.
Con el Atlas pasa igual, si está mal alineado, las cadenas miofasciales no salen y se distribuyen de la misma manera en un lado que en otro, quedando así condicionada la biomecánica corporal.
