Se conoce al lumbago o lumbalgia como el dolor que se localiza en la zona lumbar, de ahí su nombre.El origen del dolor puede ser por varias causas, entre las que se pueden citar falta de flexibilidad, elasticidad, rigidez, deficiencia-exceso de tono muscular, problemas de ligamentos, fasciales, vértebrales, discales, viscerales, procesos inflamatorios secuandarios a problemas intestinales o infecciosos, cáncer, etc.
A pesar de lo variable en cuanto al origen, está claro y hay consenso en ello en que el origen suele ser de tipo biomecánico. Es decir, la manera en que se utiliza el cuerpo hace que la zona lumbar se manifieste con dolor.
Y es en este apartado donde entra en liza la vértebra Atlas, la primera vértebra cervical, puesto que si el Atlas está desalineado, el hueso occipital, que apoya en ella, no va a estar en la posición adecuada, provocando un efecto dominó sobre el resto del cuerpo. Y es que aunque la vértebra Altas está muy alejada de la zona lumbar, está estrechamente relacionada con esta y tiene mucha influencia en como se comportan la pelvis (iliacos y sacro) y las vértebras lumbares. Para ello hay que considerar las relaciones anatómicas que tienen entre si.
La primera la tenemos en el plano más profundo, a través de la duramadre. La duramadre es la capa más externa de las meninges. Está adherida en el foramen magno y el Atlas, y en el otro extremo en las primeras vértebras del sacro, quedando libre entre medias por todo el canal medular. Es decir, cualquier variación del Atlas y/o del occipital, repercute directamente sobre la base del sacro, puesto que la duramadre actúa como una cuerda que liga el movimiento del occipital al de la base del sacro. Así, si el Atlas está desplazado hacia la izquierda (mirando desde un plano posterior), lo lógico es que el occipital esté más elevado del lado izquierdo y bajo el derecho, en cuyo caso la base del sacro va a seguir ese mismo patrón. En consecuencia, L5, no va a poder apoyarse de la forma adecuada sobre el sacro, produciendo un inicio de las tensiones ya que va a tener que compensar esa inclinación y que el resto de la columna lumbar esté lo más estable y equilibrada posible. Ese desajuste es el inicio de los desequilibrios tensionales que pueden acabar en el lumbago.
La pelvis actúa en muchas ocasiones como un punto de convergencia, como un cruce por donde pasan todas los caminos corporales, las cadenas miofasciales, y recoge las tensiones de todo el cuerpo. Así es como puede absorver desequilibrios que vienen de lejos pero que originan un mal apoyo de las vértebras lumbares sobre el sacro y un foco de problemas.
La ciática es el dolor que se produce por inflamación, irritación o compresión del nervio ciático. El nervio ciático tiene su origen en las dos últimas vértebras lumbares y primeras del sacro, pasa por la región glútea y desciende por toda la pierna en su parte posterior.
La compresión se puede producir en las vértebras lumbares o a nivel muscular, ya que en un porcentaje alto de la población el nervio ciático pasa entre medias del músculo piramidal.
En por todo esto que para tratar los problemas de columna lumbar es ideal la alineación del Atlas, no sólo por los efectos que tiene en el síntoma, sino para establecer una base estable y equilibrada de la pelvis, y por tanto de las vértebras lumbares.
En por todo esto que para tratar los problemas de columna lumbar es ideal la alineación del Atlas, no sólo por los efectos que tiene en el síntoma, sino para establecer una base estable y equilibrada de la pelvis, y por tanto de las vértebras lumbares.
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